El gobierno anunció la semana pasada que los bares de la provincia ya podían abrir, esto significó un desahogo no solo para los gastronómicos que dependen de esta actividad, sino también para los clientes habitués que no dudaron en salir a disfrutar de su clásico café.

Quién hubiera pensado que desde aquel primer anunció presidencial pasarían tantos días. La crisis y los cambios de paradigmas en la atención al público de los bares se modificaron rotundamente. Por ahora con horario especial y con cambios en la atención al público luchan por reponerse.

LA GACETA hizo un recorrido por bares de Yerba Buena y se encontró a muchos socios Club disfrutando su descuento del 30% los días jueves.


Tennessee:

El famoso bar ubicado en avenida Aconquija al 1.500 reabrió rápidamente luego del anuncio del gobierno. “Fue increíble la cantidad de gente que vino, el gran volumen viene a la tarde, ya que buscan esos últimos ratos de sol, que en invierno es tan codiciado” se refirió Ramiro Morales, el encargado del lugar, que además comentó la alegría que significo para los clientes habituales. Sobre el horario de cierre afirmó que si bien abren hasta las 00 como tienen permitido, a partir de las 23 es muy poco el movimiento; las razones: el frío y la poca circulación de gente.


Sole Mío:

El conocido bar ubicado en avenida Perón (Open Plaza) también abrió sus puertas. Con mucha expectativa y nervios de saber cómo sería la aceptación de la gente decidieron abrir con sus mesas ubicadas en el exterior primero, luego y a medida que el gobierno autorizó abrieron su salón; por suerte esto superó las expectativas. “Fueron muchos los clientes que vinieron a merendar, sobre todos clientes habitués de nuestro bar. Estamos entusiasmados con la apertura y esperamos poder trabajar de igual modo a la mañana. Fue un verdadero logro poder abrir después de casi dos meses con las sillas levantadas” se refirió Marcelo Carbajal encargado de Sole Mío.

 

La Pizzada:

Parejas, familia y amigos fueron quienes se acercaron hasta La Pizzada de Yerba Buena para disfrutar una rica cena. Desde el bar contaron que decidieron abrir el miércoles pasado, luego de dos días, y que si bien la demanda por delivery era medianamente buena, ya deseaban abrir. Ellos siguen con su atención con delivery y abren para quienes deseen comer en su patio todos los días.


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Las charlas, las risas del café, las amistades… fueron días de desahogo para clientes y quienes atienden. Un reencuentro muy esperado; por suerte el tiempo pasó pero los sabores, los amigos, el chiste con el mozo al que no es necesario decirle el pedido siguen, continúan intactos como el sabor de tomarse un café en un bar, con la gente y el sol ocultándose que da calor a este invierno con gusto a primavera.